La NASA y otras agencias espaciales advirtieron que la tormenta podrá alterar los sistemas de posicionamiento global (GPS), los satélites y las redes eléctricas, y ya provocó que algunas aerolíneas modificaran sus rutas de vuelo cerca de los polos.
Sin embargo, el campo magnético de la Tierra parece estar absorbiendo la peor parte del impacto y es poco probable que alcance un nivel de mayor gravedad, dijeron expertos estadounidenses.
Las predicciones de que la tormenta podría llegar al nivel tres en una escala de cinco, alcanzando un "fuerte" nivel de radiación solar y tormenta geomagnética, "parecen seguir siendo justificadas", dijo la NOAA.
"Hasta ahora la orientación del campo magnético ha sido lo contrario de lo que se necesita para hacer más fuerte el impacto. A medida que avanza el evento, ese campo seguirá cambiando".
La NASA pronosticó la noche del miércoles que la tormenta podría llegar al nivel "grave" y se espera que sus efectos duren hasta el viernes.
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